El pasado 10 de diciembre
por las calles de Lima, cerca de 10 mil personas de todas las sangres y de todo
el mundo, reunidas por la Cumbre de los Pueblos, marcharon unidos y unidas bajo
una sola consigna: la defensa de la Madre Tierra.
En esta numerosa
movilización que tuvo como punto de inicio el Campo de Marte en el distrito de
Jesús María y terminó en la Plaza San Martín, en el cercado, estuvieron
presentes las mujeres de la MMM que con energía y al ritmo de la batucada,
portaron pancartas de tela y materiales ecológicos –en estos tiempos de
banners de vinilo – con mensajes por la preservación de nuestros recursos
y riquezas, en especial la tierra, el agua y las semillas, así como de
solidaridad con las comunidades de Conga y Kañaris, con las compañeras Máxima
Acuña y Dina Mendoza, y con todas las mujeres que en todo el
país, que están afrontando procesos judiciales, por proteger sus
territorios de la depredación de las transnacionales. Felizmente, en el caso de Máxima Acuña, a pocos días de la conclusión de la cumbre, se recibió con beneplácito la noticia de su absolución de los casos imputados por la minera Yanacocha.
La Pachamama es feminista!
¡Agua sí, oro no! ¡Queremos agua, queremos maíz y a las transnacionales fuera
del país! fueron algunos de los lemas coreados por las integrantes de la MMM de
Brasil y Mozambique, y desde diversas regiones peruanas como la Macronorte,
con presencia especial de compañeras de Conga y Kañaris (Cajamarca)
y de la región Lambayeque, así como de Arequipa.
Al finalizar la movilización, Graca Samo,
la coordinadora del Secretariado Internacional de la MMM, que tiene como sede
el mencionado país africano, participó en la rueda de oradores que cerró la Marcha Mundial en Defensa de la Madre Tierra. En su alocución hizo visible la
importancia de mejorar las condiciones de vida de las mujeres, quienes sufren
con mayor dramatismo las consecuencias del calentamiento global, y que se
agravan por el patriarcado y el machismo que oprimen a las mujeres a nivel
global. ¡Seguiremos en marcha hasta que todas seamos libres! exclamó al
finalizar su alocución y esta frase fue coreada vivamente en
toda la Plaza San Martín.
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