La
participación de la Marcha Mundial de Mujeres en la Cumbre de los Pueblos se
inició con reflexiones acerca de la economía solidaria como una propuesta de
nueva organización social frente a la crisis de un capitalismo depredador
que atenta contra la vida de los seres humanos, en particular de las
mujeres, y la naturaleza que es nuestra fuente de vida.
El
marco teórico para el análisis y diálogo estuvo a cargo de las intervenciones
de José Luis Coraggio, catedrático de la Universidad de Sarmiento (Argentina),
Fernanda Wanderley de Bolivia y el sociólogo César Germaná, de la Universidad
Nacional Mayor de San Marcos.
En
tal sentido, la exposición del profesor Coraggio recorrió los procesos
políticos, económicos y sociales que desde hace 15 años aproximadamente
se están produciendo en América Latina –una región cuyo devenir histórico ha
estado signado por dictaduras y gobiernos neoliberales–con la asunción al poder
de gobiernos progresistas en Argentina, Bolivia, Brasil, Venezuela, Uruguay y
Ecuador.
Al
respecto, el especialista destacó los progresos alcanzados en la redistribución
de los ingresos nacionales en favor de los sectores menos favorecidos de
la sociedad, traducidos en mejoras en salud, educación, vivienda, seguridad
social, reconocimiento de los derechos laborales, entre otros, que, sin
embargo, tienen su origen en el incremento de la exportación de materia prima,
es decir, se sigue manteniendo una matriz extractivista, lo que sigue
constituyendo uno de los retos para consolidar modelos de economía
solidaria.
Asimismo,
señaló el reconocimiento legal de la economía solidaria y de otros modelos
económicos en países de la región, especialmente en Ecuador y Bolivia, en un
proceso que ha recogido y revalorado algunas de las prácticas y los saberes de
los pueblos originarios de sus países.
No
obstante, indicó que los gobiernos progresistas se han declarado
antiimperialistas pero no anticapitalistas” lo que constituye uno de los
desafíos más fuertes para dejar el modelo capitalista, y que “aunque no hay un
modelo tenemos que experimentar con formas para hacer economía popular social y
solidaria”.
Por
su parte, Fenanda Wanderley, explicó los logros y pendientes de la experiencia
boliviana, señalando que ha sido posible debido a la convergencia de dos
movimientos sociales importantes: el feminista y el movimiento solidario.
En
relación a los aportes del primero, relató la lucha constante por colocar
la perspectiva de equidad de género en las relaciones sociopolíticas y
económicas del país y que el hecho de que se hayan conseguido nuevas lecturas e
interpretaciones, así como construcción de alternativas frente al modelo
capitalista, “es un legado feminista”.
Y
destacó que en la constitución boliviana se hayan establecido cuarenta
artículos referentes a la equidad de género, en el reconocimiento del trabajo
del hogar , trabajo no remunerado y del trabajo productivo que
contribuyen de manera significativa al desarrollo de nuestros países.
Como
desafíos, indicó el hecho de que aunque se cuenta con más liderazgos de
mujeres, principalmente indígenas, campesinas y trabajadoras, “no se han
transformado las relaciones patriarcales en nuestras familias, comunidades y el
Estado”.
Asimismo,
terminando su presentación, señaló que es importante que se acompañen los
procesos de cambio en nuestros países, pero que “como feministas no podemos
traicionar nuestra apuesta por la equidad de género”.
La
intervención final estuvo a cargo del sociólogo peruano César Germaná de la
Universidad de San Marcos, quien reafirmó la crisis civilizatoria del modelo
capitalista y calificó a la economía solidaria como “una alternativa de
organización social, de convivencia y existencia social”.
“
El horizonte histórico tiene raíces indígenas” sostuvo el especialista,
insistiendo en la práctica de la economía solidaria por los pueblos
precolombinos americanos “ nuestros antepasados encontraron formas de vida
armoniosas, como seres humanos y con la naturaleza, el buen vivir, el allin
kausay” dijo.
Luego
de las exposiciones se dio paso a los aportes del público, en este diálogo
destacó la participación de Alicia Canaviri, mujer indígena boliviana,
quien reivindicó a la economía solidaria como patrimonio de los pueblos
ancestrales “Nuestros antepasados no necesitaban dinero, ahora el dinero nos
manda y por tenerlo vamos contra la Madre Tierra” reflexionó.