8 DE MARZO: MARCHA MUNDIAL DE MUJERES RESISTIENDO AL MILITARISMO
Queridas, compañeras, amigas, militantes, luchadoras.
En estos días el mundo se prepara para celebrar el 8 de
Marzo. El día Internacional de la Mujer es conmemorado en todo el mundo por
sindicatos, organizaciones, grupos de mujeres… que, en muchas ocasiones
ignorando los orígenes socialistas que esta fecha tiene, rinden homenaje a las
mujeres que supuestamente murieron encerradas en un incendio de la fábrica
donde trabajaban en Estados Unidos.
Nosotras, la Marcha Mundial de las Mujeres, celebramos la
lucha de las mujeres y del movimiento feminista en todo el mundo. Celebramos la
fuerza de todas aquellas que están dedicando sus esfuerzos a liberarse del
patriarcado, el neocolonialismo, el capitalismo y el racismo que son las causas
que se encuentran en la raíz del sistema opresor en el que vivimos.
Observamos indignadas cómo el concepto de Seguridad y Paz
está completamente malinterpretado y manipulado, siendo utilizado por los
poderes hegemónicos para justificar la militarización y la “paz armada” y
anulando completamente la perspectiva de Derechos Humanos y de las mujeres.
Hemos constatado durante nuestra 4ª Acción Internacional de
2015, cómo como los conflictos armados y las guerras de tipo no convencional se
expanden y extienden rápidamente por todas las regiones, sembrando el miedo, la
violencia, enfermedades, el odio y la pobreza, y retroalimentando el
fundamentalismo. Esta violencia, sea
ella ejercida por ejércitos, milicias, empresas privadas de “seguridad”,
mafiosos del crimen organizado, personal de las misiones internacionales de
pacificación o los propios Estados, beneficia el última estancia a un sistema
capitalista patriarcal en el que las mujeres son siempre las que más sufren.
En Asia se hace cada vez más patente la presencia de bases
militares de potencias extranjeras, con graves consecuencias en la vulneración
de los Derechos Humanos de las mujeres, aumento de la prostitución, casos de
violencia contra mujeres y niñas, tráfico de personas, etc…
En África los “libertadores” del continente se han
convertido en opresores de la ciudadanía, y haciendo uso de un poder
autoritario continúan limitando de forma radical las libertades y derechos
democráticos de la población. En esta coyuntura brotan rápidamente grupos
fundamentalistas, de tipo religioso, étnico o cultural, (autodenominados
defensores del pueblo), que cobran fuerza día a día y se extienden
peligrosamente por el territorio, infligiendo condiciones de vida inhumanas y
violando los derechos humanos de mujeres.
En los Países Árabes vemos como la inestabilidad y los
conflictos armados en Siria, Irak, Libia y Yemen son alimentados por las
potencias económicas que ven crecer sus beneficios a través del comercio de
armas y encuentran en el caos, el caldo de cultivo perfecto para imponer sus
intereses, sin importarse con el sufrimiento que esto acarrea para la población
civil desarmada. Miles de personas huyen de la región en busca de paz y
seguridad. Mujeres y niñas se encuentran en situación de mayor vulnerabilidad
siendo objeto de violaciones sexuales y violencia, y viéndose obligadas a
intercambiar favores sexuales a cambio de la posibilidad de perseguir su sueño
de obtener refugio y servicios básicos en países supuestamente más seguros.
En Palestina, el gobierno de Israel continúa usando la
violencia para imponer su sistema de apartheid y colonialismo sionista: el
bloqueo a Gaza, las ejecuciones y arrestos arbitrarios de población civil, la
política de asentamientos y derribo de viviendas son la realidad cotidiana que
sufre la población palestina. Y en el Sahara el gobierno de Marruecos, por
medio de la fuerza armada, refuerza cada día su política de ocupación, saqueo y
represión, ignorando los compromisos internacionales ya adquiridos.
En Américas, la naturaleza está siendo salvajemente
expoliada por empresas mineras y
multinacionales que utilizan a la policía y el ejército, así como otras
compañías privadas de seguridad, para usurpar los recursos y desplazar
comunidades, a favor de sus propios intereses. El agua, la tierra, los bosques
y el aire son privatizados y mercantilizados dejando a las comunidades sin
medios para garantizar su subsistencia y autonomía.
En Europa los gobiernos hacen un mal uso de este contexto
internacional para justificar la criminalización de los movimientos sociales.
Constatamos un alarmante recorte de las libertades ciudadanas frecuentemente
consagrado a través de leyes cada vez más represoras. Observamos la fragilidad
de nuestros sistemas democráticos ante el auge de grupos políticos de extrema
derecha que derivan en la agudización de políticas y actitudes xenófobas que
incluyen el cierre de fronteras y denegación de asilo a las personas
refugiadas.
Frente a este desalentador contexto internacional, las
militantes de la Marcha Mundial de las Mujeres continuamos andando el camino de
construcción de nuestras alternativas feministas. Continuamos tejiendo alianzas
con otros movimientos aliados con los que compartimos una visión común.
Continuamos apoyando la lucha local de nuestras compañeras que luchan en
defensa de la sostenibilidad de la vida.
Sabemos que juntas somos más fuertes, que juntas construimos
un movimiento mundial incontenible con capacidad para cambiar muchas cosas y
por eso en nuestro próximo Encuentro Internacional intercambiaremos nuestras
experiencias de lucha y resistencia, profundizaremos nuestra reflexión
conjunta, evaluaremos nuestra 4ª Acción Internacional, planificaremos nuestro
futuro como movimiento y recabaremos energías para continuar nuestra lucha y
nuestra resistencia.
Resistiremos, desde la base,
los embates del patriarcado, capitalismo, racismo y colonialismo.
Resistiremos como nuestra compañera Berta Cáceres, de
Honduras, líder indígena e incansable defensora de los derechos de las
comunidades originarias en defensa de su territorio, que en este mes de Marzo,
ha sido brutalmente asesinada en su casa.
Resistiremos como Pakize Nayir, Fatma Uyar y Sêve Demir, las
compañeras kurdas que, por su activismo político, han sido encarceladas y
asesinadas por las fuerzas de seguridad del gobierno turco.
Resistiremos como Máxima Acuña y Dina Mendoza que, en Perú,
siguen haciendo frente a la brutalidad de la empresa minera que amenaza el agua
y las tierras de sus comunidades.
Resistiremos como
muchas otras mujeres de todo el mundo, anónimas, que cada día, desde sus casas,
desde sus comunidades, luchan por sus derechos y en defensa de otras mujeres.
Seguiremos resistiendo siempre. Las armas y el poder
patriarcal y opresor no nos callarán.
8 de Marzo de 2016
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Marcha Mundial de Mujeres
http://marchemondiale.org/